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Denuncia a Funcionarios Corruptos

"Lo que nos preocupa, no es el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin carácter, de los sin ética; lo que nos preocupa es el silencio de los inocentes."


LUTHER KING

Denuncia en el siguiente sitio:

http://www.secogem.gob.mx/sam/sit_atn_mex.asp

lunes, 15 de diciembre de 2008

Falta de vergüenza de Mena

DIARIO PUNTUAL
http://www.diariopuntual.com.mx/inicio1.php?op=b3A9bm90aWNpYXNfZGV0YWxsZSZhYmllcnRvPXZpc2lvbl9wdW50dWFsJnN1Ym1lbnU9JmlkcD0xJmlkYz0yNyZpZG5vdD00MTcwOQ==
14 de Noviembre del 2008
Si conociera la vergüenza, Octavio Mena Alarcón, titular del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México, habría ya presentado su renuncia al cargo y debería dedicarse de tiempo completo a dirigir su despacho de “consultoría” financiera, que tan buenos resultados económicos le reporta. En realidad es indignante el “trabajo” realizado por uno de los servidores públicos mejor pagados del Poder Legislativo local, pues el saldo de su gestión es por demás fatal, sobre todo para quien ha hecho de la fiscalización un auténtico negocio, en un área tan sensible para la sociedad. Tienen razón los vecinos de Zinacantepec al estar tan indignados en contra de Octavio Mena Alarcón, quien por motivos “inexplicables”, simplemente no entregó ante la autoridad las pruebas necesarias que pudieran determinar la verdadera responsabilidad del ex presidente municipal de esa localidad, lo que implicó un quebranto financiero de más de 100 millones de pesos al erario municipal. Coloqué, con toda intención, las comillas en la palabra “inexplicable”, no porque no haya explicación para lo sucedido en Zinacantepec, sino porque la gente todavía no se puede explicar cómo se está mercando con los intereses de un pueblo, cómo se negocia tan descaradamente el futuro de una localidad a la que simplemente la están condenando a más retrazo, porque nadie debe olvidar que el quebranto financiero de más de 100 millones de pesos causado por Leonardo Bravo Hernández y sus “40 ladrones” a Zinacantepec, simple y sencillamente generaron un daño que por lo menos le costará a ese pueblo una década de marginación y mulo desarrollo. Pero lo curioso es que parezca que nadie se pueda o se quiera explicar por qué no se entregaron puntualmente las pruebas técnicas y financieras en contra de Leonardo Bravo Hernández para por lo menos dejarlo en prisión un rato más y no dejarlo salir con una ridícula multa de 4 mil pesos. La verdadera explicación está precisamente detrás del despacho de consultoría financiera y fiscal que encabeza el “honesto” titular del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México. Esto no es noticia nueva, Diario Puntual lo denunció y comprobó hace más de un año; sin embargo, pudieron más los intereses oscuros que rodean a Mena Alarcón y su séquito que la posibilidad de hacer justicia. Por si ya se les olvidó, aquí se los vamos a recordar: Es simple, se trata de un despacho de asesores comandado por el propio titular del Órgano Superior de Fiscalización, en el que trabajan más integrantes del OSFEM, y quienes venden “asesoría” a los propios municipios a los que por ley deben fiscalizar. A cambio de una nada “corta” cantidad de dinero, los “asesores” de Mena Alarcón “orientan” a los señores presidentes y tesoreros municipales sobre cómo hacerle para que sus comprobaciones de gastos e inversión siempre salgan “limpias” de los procesos de fiscalización, pero esto, obviamente, no es a través de una buena integración de los expedientes y, menos aún, de una capacitación fiscal oportuna. Lo único que hacen los afamados “asesores” de Octavio Mena Alarcón es enseñarles a los señores munícipes y sus tesoreros cómo se viola la norma, pero sin que nadie se dé cuenta. Como en toda ley, siempre se dejan abiertas posibilidades para violentar la norma sin ser objeto de sanciones, y de esa manera es como se está actuando en muchos municipios. Sólo hay una regla clara: el que paga, goza de toda la protección del Órgano Superior de Fiscalización, aunque sus reportes financieros sean un auténtico asco. Eso es lo que hay detrás del caso Leonardo Bravo Hernández. No se presentaron las pruebas para condenarlo por el peculado de más de 100 millones de pesos, simple y sencillamente porque el priista todavía goza de la protección que le confirió el haberle pagado al despacho de Mena Alarcón puntualmente casi 30 mil pesos al mes durante los tres años que duró el trato entre ese “servidor público” del Poder Legislativo y el ayuntamiento que encabezó Bravo Hernández en Zinacantepec. El trato fue simple: “te exhibo, porque eres el mejor ejemplo de corrupción y malos manejos administrativos, pero no te preocupes, porque, en su momento, también te voy a echar la mano para que salgas limpio”. Por eso se le olvidaron las pruebas que tenía que entregar ante la parte acusadora, por eso hoy estamos ante la ridícula posición de una juez que dice: “sí es culpable de peculado, pero como no sabemos de qué tamaño es el peculado, pues le aplicamos la pena mínima y que se vaya a su casa a disfrutar de sus 100 millones con una pena mínima de 13 meses de prisión y una multa de 4 mil pesos”. De ese tamaño es el negocio. De ese tamaño es el nivel de complicidad entre tres instancias perfectamente integradas en un corrupto juego que sólo tiene un perdedor: el pueblo de Zinacantepec que fue burlado, una vez más, por los hilos del poder que se entretejen desde el Órgano Superior de Fiscalización, la juez del caso y el cómodo ex presidente municipal de Zinacantepec.

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